El Civismo
civismo
La idea de civismo procede del francés civisme, a su vez derivado del vocablo latino civis (que puede traducirse como “ciudadano”). El concepto alude a una conducta que se desarrolla en concordancia con las normas de convivencia que regulan la vida social. También puede vincularse al respeto por los instituciones y las leyes.El civismo, sinónimo de ciudadanía, es un comportamiento que puede llegar a ser espontáneo cuando se ha aprendido. No es solo emocionarse cuando la selección mete un gol, o llenarse de orgullo al cantar el himno nacional. Puede reflejarse en acciones que promueven el bienestar de los demás. No está condicionado al hecho de tener dinero o no; de ser niño, joven o anciano; de ser religioso o ateo, de ser hombre o mujer.
Ser buen ciudadano, por lo general se aprende desde la niñez. Un niño o niña cuyos padres le inculcan valores, tiene mayores posibilidades de convertirse en un buen ciudadano. El ambiente social afecta la vida personal. Si favorece el civismo facilita que surjan las personas modelo y los líderes. Después de todo, el liderazgo es una habilidad que se adquiere. El liderazgo es saber servir a otros y no que los otros le sirvan a alguien.
Por lo general se entiende que el civismo parte de la educación: es necesario saber qué es lo que se debe respetar y por qué. Quien conoce las normas de convivencia y comprende que transgredirlas provoca un daño, es probable que actúe con civismo.

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